Con motivo del Día Mundial del Refugiado (20 de junio), se ha realizado una convivencia con el alumnado para honrar a las personas refugiadas y desplazadas de todo el mundo, transmitir valores como la esperanza y la libertad, además de compartir un espacio y tiempo todos juntos.
El objetivo principal de esta convivencia ha sido la transmisión de la idea: siempre hay esperanza. Comenzamos con la escucha activa de la canción Color Esperanza de Diego Torres para que los alumnos pudieran animarse y conocerse mejor entre ellos trabajando en equipo. Seguidamente, se trataron valores como la esperanza, la tolerancia, el respeto, la libertad, etc., remarcando su importancia para convivir todos en un mundo más libre y en paz.
Para finalizar, tuvimos la oportunidad de contar con Brice, que se define como una persona del mundo, para compartir su experiencia, su camino hacia España y hacia su vida actual. El alumnado pudo realizarle preguntas personales para poder conocer muchos aspectos para forjar su vida en este país, sintiéndose así identificados y reflejados en una persona que nunca ha perdido la esperanza y ha podido hacer su nueva vida aquí.
Esta experiencia fue muy emotiva y esperanzadora para los alumnos, quienes preguntaban sobre todo por el camino de aprendizaje del español. Sorprendieron algunas cuestiones como: ¿cuál es tu sueño?, ¿qué esperas ahora de la vida?, o una de las más emocionales, ¿cómo puedo llegar a ser como tú?
La convivencia finalizó con un gran mensaje: Todos convivimos en un mundo lleno de esperanza y solidaridad. Los alumnos agradecieron en todo momento esta oportunidad de celebrar juntos este día tan emotivo y especial para ellos, sintiéndose también parte de la sociedad en la que viven, olvidando los posibles conflictos actuales que existen en sus países de origen y en los países de acogida.
Todos somos legales. Ilegal es dejarles morir.
